jueves, 16 de febrero de 2012

Demasiado desafió, yo no puedo ser tan fuerte.

Ilusión, capricho, tontería; ya puedes ponerle mil nombres, engancharle cientos de etiquetas o intentar disimularlo todo, sabes que por mas empeño que le pongas no conseguirás dejar de sentirlo. Mienteles. Di a todos que no la quieres, que solo es otra mas para tu colección de princesas usadas. Engañales. Esconde que para ti es una diosa, tu musa; la culpable de todas esas noches en vela, la que pinta a sus anchas esa curva en tus mejillas. Sal. Sonrieles a todas, bailales, y llevatelas a la cama. Y date cuenta el domingo al levantarte, cuando toda la fiesta haya terminado, que la única que realmente quieres que esté hace demasiado que marchó. Asumelo; te rompió y tu no dudaste en quererla con cada pedazo; pero cuando entró en juego el orgullo, cuando el amor ya no lo podía todo, fue entonces cuando intentaste sacar un clavo con otro clavo que ni en tamaño ni en forma se le asemejaba, y otra vez te salió mal.

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