sábado, 28 de abril de 2012

Los besos no se gastan.

Soy la que he bebido hasta no saber ya ni mi nombre. La que he bailado hasta el punto de no sentirme los pies. La que reí más alto que nadie, y esa que cantó todas las canciones de ese maldito álbum. Soy la que juré que lo había olvidado, y cuando lo vi resucitaron todas y cada una de las mariposas de mi estómago. Esa que habla antes de pensar, y se arrepiente al momento de hacerlo, sí, esa que en dieciséis años no ha tomado una buena decisión. La misma que no puede asegurarte un amor eterno, pero si verdadero. La que no te promete bonitos despertares, pero si noches largas. Soy la que te pide mil besos, solo mil, ni uno más, ni uno menos.